TODO SOBRE NUESTRO VIAJE A ÍTACA

Un Regalo Que Regresa: «Palabrillas» y Sueños

Hace años, una amiga muy especial nos obsequió con algo muy especial: unas «palabrillas», y al usar comillas ya sabrán que hablo de ella. Sorprendentemente, estas palabras han regresado a mí… ¿por casualidad? Personalmente, no creo en las casualidades, sino en las causalidades.

El regalo era el poema «Viaje a Ítaca». En aquel entonces, nos llenó de inspiración para lanzarnos a cumplir muchos de nuestros sueños. Y hoy, parece mágico que ese mismo poema nos encuentre de nuevo en un momento tan significativo.

Inspiración en Tiempos Difíciles

Nos encontramos en tiempos complejos en nuestro país, tiempos que podríamos describir como llenos de «lestrigones y cíclopes». Ante esto, deseo compartir con ustedes este tesoro que me fue dado. Mi intención es que, al igual que a mí, les sirva de inspiración y ánimo. Espero que les impulse a tomar la decisión de vivir la VIDA plenamente.

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Sueños y Experiencias: El Viaje Continúa

Deseo que vuestro viaje a ÍTACA sea largo, lleno de aventuras, aprendizajes y sueños cumplidos. Que cada paso en este viaje sea una oportunidad para crecer, para descubrir y para maravillarse ante la belleza del camino.

Recuerden: no se trata solo del destino, sino de todo lo que experimentamos y aprendemos en el camino. Que este poema, al igual que a nosotros, les guíe en su viaje hacia la realización de sus sueños.

ÍTACA

Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.
No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni la cólera del airado Poseidón.
Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.
Los lestrigones y los cíclopes
y el feroz Poseidón no podrán encontrarte
si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,
si tu alma no los conjura ante ti.
Debes rogar que el viaje sea largo,
que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que tú antes ignorabas.
Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,
y comprar unas bellas mercancías:
madreperlas, coral, ébano, y ámbar,
y perfumes placenteros de mil clases.
Acude a muchas ciudades del Egipto
para aprender, y aprender de quienes saben.
Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:
llegar allí, he aquí tu destino.
Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.
No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
Sin ellas, jamás habrías partido;
mas no tiene otra cosa que ofrecerte.
Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.
Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.